Jiro Ono es el sensei supremo e intergaláctico del sushi a
escala mundial, el señor japonés de 89 años de edad es uno de los chefs más
importantes del mundo, dedicado exclusivamente a la preparación de este
emblemático plato de la gastronomía japonesa desde hace más de cincuenta años,
el viejo se ha convertido en EL QUE PAO. Por eso, en el año 2011 se estrenó el
documental llamado “Jiro Dreams of Sushi” el cual se adentró en el restaurant
de Jiro San para explicarle al mundo la eminencia de este ilustre japonés.
Todos los días del año a excepción de los feriados en Japón,
Don Jiro toma el metro para ir a su pequeño restaurant ubicado en la estación Ginza en la ciudad de
Tokio, allí prepara sus bolas de arroz pegostoso y pescado crudo con técnicas milenarias
que convierten esa vaina en una ambrosia, lo cual lo ha hecho merecedor de las
tres estrellas Michelin. La gente se desvive por comer en ese hueco y (NO TE LO
PIERDAS) para tener la dicha de degustar las exquisiteces que ahí preparan tienes
que INTENTAR hacer una reservación con al menos dos meses de anticipación. Para
completar, el restaurant es una caja de fósforos
donde solo hay espacio para 10 comensales, cada uno se baja de la mula con 300 dólares, comen 20 piezas de
sushi y (la ñapa) un pedazo de fruta, todo en 20 minutos o menos.
En el documental explican toda la rutina del maestro
culinario, sus hijos y otros empleados del restaurant, durante una hora y veintiún
minutos cuentan el inicio y la evolución de la historia amorosa de Jiro y el
sushi. El tipo ha estado toda su vida entregado, enamorado y obsesionado con ese
plato japonés, en el film logran
contarlo de una manera bien chévere y con un trabajo audiovisual que es UNA GROSERIA.
El fulano David Gelb se botó con la dirección y la fotografía, yo quedé
demasiado extasiada visualmente, el chamo se lanzó unos planos detalles que
fueron una belleza y una secuencia muy cartelua visualmente en los mercados de
Tokio (las declaraciones que hizo el dealer de atún es casi lo
mejor del documental).
En la edición hicieron que algunas de las
tomas fueran en cámara lenta y eso quedó del carajo, tengo que decir que la estética
en general es hermosa. Otra factor notable en esta producción es la música, el
soundtrack estuvo compuesto por Philip Glass (un compositor crack según Wikipedia)
y se escuchan piezas de los papás de los helados en música clásica como: Tchaikovsky,
Mozart y Bach.
ENSEÑANZAS DE JIRO
De pana y todo no vi fallas en el largometraje, no es por
picarle más la torta pero en serio es arrechísimo, el documental te atrapa
completamente, te hace reflexionar y te traslada a los mercados de Tokio y al
restaurant de Jiro. NO PUEDEN dejar de verlo y si están podridos en real y
tienen la oportunidad de ir a Japón y conseguir una reservación para comer ahí ¡HAGANLO!
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